Actuar con libertad y sin represiones en una época donde ser mujer era un factor que jugaba totalmente en contra es algo de admirar y este es el caso de Alma Mahler, una chica que sirvió de musa para la consecución de varias obras de arte al tiempo que dejaba fluir su amor por la música y vivía una vida amorosa bastante agitada teniendo en cuenta la sociedad de la que hacia parte.

Nacida en Viena, Austria esta mujer hace parte activa de la historia del arte y desde su rol como pianista y compositora supo dejar ver su gran inteligencia y su encantadora belleza, algo que definitivamente atraía a muchos hombres.

La historia de la apasionada Alma Mahler

La historia de Alma Malher nos revela que nació en agosto de 1879 y aunque fue una apasionada de la música la verdad es que no logró desarrollar esta faceta a plenitud y su carrera profesional no pudo darse como soñaba pues debió asumir las labores propias del hogar que conformó con su primer esposo a los 22 años.

Siempre libre en cuanto a sus pensamientos, no temía expresar sus apreciaciones respecto al papel exclusivo de la mujer como ama de casa, de manera que conservándose plenamente vanidosa fue inmortalizada con el pasar de los años al ser pintada por Klimt en su famoso cuadro titulado «el beso» y servir de inspiración para grandes poesías. Muchos fueron los hombres que pasaron por su vida pero siempre terminó estando sola hasta que finalmente se trasladó a Nueva York donde falleció en 1964.

 

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